Vinicius Júnior, el jugador que deslumbró al mundo con su velocidad, desborde y goles en la temporada pasada, parece estar persiguiendo su propia sombra. La chispa que lo convirtió en uno de los futbolistas más desequilibrantes del planeta se ha atenuado y los números no mienten.
El partido contra el Leganés fue un claro ejemplo de la situación actual de Vinicius. A pesar de sus intentos de regate, sus acciones carecieron de peligro real. Su precipitación en un contragolpe, al intentar conectar con Mbappé, evidenció una falta de precisión y claridad en la toma de decisiones.
Desde febrero, el rendimiento goleador de Vinicius ha caído en picada. En los últimos 14 partidos, solo ha marcado dos goles, una cifra alarmante si se compara con los 14 tantos que anotó en los 16 encuentros anteriores. La puntería, que antes era su principal arma, ha desaparecido.
Números que reflejan la realidad
Las estadísticas son implacables. En enero, Vinicius participaba en un gol cada 75,6 minutos. Ahora, esa cifra se ha desplomado a 369 minutos por participación en gol. Sus ocasiones creadas por partido también han disminuido, de 2,04 a 1,71.
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