El centrocampista de la Juventus era investigado desde la última primavera.
La historia de Fagioli salió a la luz la primavera pasada, cuando la policía italiana lo investigó por su relación con una red de apuestas ilegales. El jugador admitió haber apostado en fútbol, pero negó haber apostado en sus propios partidos o en los de la Juventus.
Estuvo en el punto de la mira de la brigada policial, tras un encuentro anónimo con una persona mantenida bajo vigilancia policial.
Los investigadores, por encargo de la Fiscalía de Turín, ya tenían datos de una ronda de apuestas ilícitas en un banco no autorizado. Al descubrir ahí el nombre de Fagioli, pensaron inicialmente que podría tratarse de un caso de extorsión contra él.
Sin embargo, rápidamente se dieron cuenta que Nicolò era parte del tramado de las apuestas ilegales.
Ya con la orden de incautación de sus dispositivos electrónicos, la fiscal Manuela Pedrotta estaba convencida de poder llegar a alguna otra verdad sobre la red de apostadores. De hecho, en el primer careo con Fagioli charló abiertamente sobre algunas apuestas.
El día que la policía le informó en su domicilio que estaba imputado en la causa
Todo sucedió en su residencia de Piacenza, durante uno de sus días libres con la Juventus. A Nicolò lo interroga la policía y enseguida admitió sus faltas y se mostró colaborativo para la reconstrucción del caso.
Después se presentó ante la Fiscalía de la FIGC y ahí explicó que nunca había apostado en sus partidos ni en la Juventus, pero que sí había apostado en partidos de fútbol de la Serie A y de la Liga de Campeones, aunque en menor medida, así como en otras disciplinas como el tenis.
El fiscal Chiné tendrá la oportunidad de comprobar la fiabilidad de la reconstrucción de Fagioli inmediatamente después de recibir los documentos de la investigación de la Fiscalía de Turín. Por el momento, todo encaja con el relato de Nicolò.
Por su enfoque colaborativo para proporcionar detalles útiles a las investigaciones podrían limitar la suspensión entre 8 y 10 meses.
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