La nueva directiva del Manchester United fijó como uno de sus objetivos principales abandonar el Old Trafford para construir un estadio nuevo.
En las últimas dos temporadas, principalmente, medio británicos reportaron sobre el deterioro del Old Trafford, un estadio icónico para el fútbol inglés y mundial, pero que debería tener una reforma para volver a estar al nivel de los mejores campos de fútbol del planeta.
Tal estado del Teatro de los Sueños va de la mano con el presente de la institución y del equipo principal. Por eso, la nueva directiva tenía fijada como una de las metas más urgentes reformar la casa del Manchester United.
Era una de las promesas de Jim Ratcliffe, nuevo propietario (adquirió el 25 %). No obstante, tras dar con la empresa que se encargó de la construcción del Totteham Stadium, cayeron en la conclusión de que la mejor opción es erigir un estadio nuevo.
La inversión se elevaría hasta 2.400 millones de euros y la ubicación de la nueva casa sería en un terreno aledaño al del Old Trafford. Incluiría un hotel de 5 estrellas y también alguna atracción temática, en pos de lograr ser el recinto más moderno de Gran Bretaña para que se lo tenga en cuenta para la Euro 2028. Pero, lo más importante, es que alcanzaría una capacidad para 90.000 localidades
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