El equipo amarillo acarició el empate en los instantes finales, pero su reacción llegó demasiado tarde y terminó derrotado ante un Leganés más eficaz en los momentos clave.
El choque comenzó con un guion favorable a los de García Pimienta, que dominaron el balón y pusieron a prueba a Soriano en varias acciones. Incluso Darko, para los locales, estrelló un disparo en la madera, recordando que el encuentro estaba abierto.
Sin embargo, la segunda parte cambió radicalmente. Primero, Juan Cruz aprovechó la pasividad defensiva para lanzar un disparo imparable desde la frontal. Después, una pérdida de Loidice desencadenó un contragolpe que Franquesa culminó sin oposición.
El marcador obligó a los canarios a arriesgar, y ahí emergió Sandro Ramírez. El delantero grancanario, con su segundo gol en dos partidos, devolvió la esperanza a los visitantes cuando el tiempo ya se agotaba. Su inicio de curso, tras una temporada pasada discreta, es la mejor noticia para el club.
A pesar de la entrega final y de la buena aportación de fichajes como Oli McBurnie, la UD no logró rescatar un punto. Para colmo, un polémico penalti señalado en su contra dejó dudas, cerrando una tarde frustrante para los isleños en Butarque.
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