Argentina y España no usarán sus colores tradicionales en Doha.
La próxima edición de la Finalissima, el prestigioso duelo entre el campeón de la Copa América y el ganador de la Eurocopa, presentará un panorama sumamente particular en su vestimenta. Si bien el enfrentamiento en el campo promete ser electrizante, lo que llama la atención es la sorprendente decisión contractual de que ni la Albiceleste ni la Roja se presenten con sus indumentarias habituales.
Escenario de Lujo y Confirmación Europea
Todo apunta a que el encuentro tendrá lugar el viernes 27 de marzo en un estadio de altísimo significado: el Estadio Icónico de Lusail en Doha, Qatar, el mismo recinto que albergó la final del Mundial 2022.
La confirmación del lado europeo parece ser un hecho. Rafael Louzán, presidente de la Real Federación Española de Fútbol, adelantó la información ante la Asamblea General del ente, revelando que la RFEF ya firmó su compromiso con la UEFA. Este acuerdo no es menor, pues sella una contraprestación económica de 3 millones de euros para el combinado español.
Por su parte, la Selección Argentina aún debe ultimar detalles con la CONMEBOL, principalmente relacionados con aspectos económicos y logísticos, aunque ambas confederaciones están alineadas en todos los demás puntos para llevar a cabo la cuarta edición de este certamen, que en su momento fue conocido como Copa Artemio Franchi.
Una Finalissima en Blanco y Negro
El gran titular que se desprende de los preparativos es la elección del vestuario. Argentina y España son dos de las selecciones más importantes del mundo y, curiosamente, ambas son patrocinadas por la misma marca deportiva (la de las tres tiras).
Aprovechando que marzo próximo será el mes de lanzamiento global de los nuevos diseños de las camisetas suplentes de los combinados nacionales, las federaciones han pactado contractual y comercialmente presentarse en el Estadio Icónico de Lusail con sus indumentarias alternativas.
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Argentina saldrá al campo vestida de negro.
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España lucirá el color blanco.
De esta manera, la Finalissima no será un cruce entre el tradicional celeste y blanco contra el rojo pasión, sino que se convertirá en una inmejorable plataforma de marketing para promocionar lo que será la segunda opción de vestuario de ambas selecciones de cara a la Copa Mundial de Estados Unidos, México y Canadá 2026, capturando la atención del planeta fútbol.
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